Tierra fresca de su tumba, una escritura más allá de los mortales
Una serie de reseñas sobre la más reciente obra de la escritora boliviana Giovanna Rivero, Tierra fresca de su tumba, que ha sido presentada en la Feria Internacional del Libro de Santa Cruz. El libro de cuentos está disponible en toda Bolivia a través de la Editorial El Cuervo.
Planeta melancolía.
Acercamientos a la profundidad de una (Tierra fresca de su) tumba
En el libro de cuentos Tierra fresca de su tumba, Giovanna Rivero le asigna a sus manos de cavadora implacable la tarea de crear un universo de lenguaje donde la voz la narrativa está diciendo todo el tiempo cosas terribles en un estado de anestesia, casi en cámara lenta, como bajo la influencia del sopor de un día cálido que espesa la atmósfera o como si la gravedad fuera un acontecimiento en diferido.
El lenguaje, la palabra, el contar, el hablar, el escribir y el poder de decir o no, de una u otra manera, levitan por encima de las historias de este libro; lo cual me hace pensar en Mircea Cărtărescu cuando se refiere a la literatura verdadera como la que habla del ser humano, pero también de la propia literatura. Así, Rivero potencia el poder del lenguaje y la literatura misma, por dentro y fuera de las acciones, de los personajes e incluso de ella misma.
La boca nos sirve para hablar, para rezar, para cantar, para contar que nos violaron, para relatar la historia de nuestras migraciones, para develar secretos o lanzar verdades obvias largamente ignoradas. Pero la boca, esa parte del cuerpo por la cual se vacía el lenguaje, también es fundamental para vivir y comer. Y para Giovanna, ambas funciones se fusionan hasta parecer indivisibles; en “Piel de asno”, por ejemplo, la personaje que cuenta su historia, salva su vida gracias al canto y al mismo tiempo, odia su boca porque piensa que es horrible; en “Pez, tortuga, buitre” una madre alimenta a un extraño a cambio de la verdad en forma de historia. Capas y más capas.
Las personajes principales de estos cuentos son extranjeras, aquí o allá, ellas no viven donde nacieron, no nacieron donde viven. Están suspendidas en una especie de tránsito que da prueba de los desplazamientos territoriales que complejizan sus situaciones en todos los niveles, especialmente en el terreno del lenguaje. Pienso que esa extranjería descrita en Tierra fresca no es accidental, vacacional, ni completamente voluntaria y que la necesidad de la autora por narrarla responde al eco de un mundo colapsado en el sistema absurdo de fronteras y capitalismo. Así pues, Giovanna clava su mágico ojo de halcón en ciertas particularidades dentro de los temas políticos álgidos y fundamentales que muchas veces tratamos de evitar a toda costa. Y no se confundan, la autora no nos dice qué pensar, pero nos seduce, como el diablo, con el lenguaje, llevándonos de la mano por el camino hacia la toma de decisiones.
More“Sólo hay un camino, el de siempre”, escribió Onetti en 1939;
en un artículo que recoge su poética en pocas palabras; el verdadero “creador” tiene que construir su propio camino “con alegría y tenacidad”, en sus obras.
A través de un uso exótico de lo fantástico, el thriller y la ciencia ficción, la boliviana Giovanna Rivero (1972) construye su propio camino, un trayecto muy personal y de gran originalidad. Para ella, el cuento es una “superficie que esconde otras cosas”, un espacio irregular e inestable en el que reina la imaginación, en Tierra fresca de su tumba, nada es lo que parece y “El milagro de la metamorfosis aparece en todas partes”, para decirlo en un magnífico título de Mario Levrero. Incluso las situaciones más banales u obvias (una crisis matrimonial, una relación difícil con la familia, una paternidad no deseada) se vuelven poco a poco en impredecibles y siniestras. En conclusión: Tierra fresca de su tumba es uno de los mejores libros de este 2020 y nos permite entender por qué Rivero es un nombre imprescindible en el panorama de la literatura latinoamericana actual, como Edmundo Paz Soldán, Rodrigo Hasbún o Lilianana Colanzi.
Loris Tassi /Blow Up Magazine
“El libro nos habla de situaciones violentas de personajes, muchas veces en el límite de la realación con la muerte, con el duelo. Pero no lo hace de una manera totalmente oscura y desesperanzada, creo que hay algo en los personajes que están buscando cierta trascendencia”
LILIANA COLANZI
Una de las narradoras más prolíficas de habla hispana
Conocí a Giovanna gracias a la generosa recomendación de Liliana Colanzi y Edmundo Paz Soldán, dos grandes amigos y colegas que me dio la literatura. Decir que tenía una premonición antes de leerla quizás suene exagerado, pero desde que me acerqué a su figura literaria supe que en su obra había elementos e historias que me iban a encandilar. Finalmente, después de leer tres libros seguidos de ella, pude comprobar que esa sensación era más que un presentimiento: cuando terminé sus manuscritos me aseguré de que estaba ante una de las narradoras más prolíficas de habla hispana.
Repito: no exagero. Los libros de Giovanna Rivero tienen un poder ancestral, una autoridad sintáctica y argumental que pocas veces encontré en mis lecturas. La forma en que aborda y trastoca la realidad, el espectro fantasmagórico que sobrevuela sus historias y la descripción minuciosa de los personajes me dejaron perplejo desde el principio. Encontré en su obra una capa espesa de perturbación y admiración; la belleza poética empleada para narrar me sacudió como me han sacudido obras de grandes escritores y escritoras.
More“hay este juego de palabras de contraste entre aquello que está muerto de la tumba pero es tierra fresca. En ese encuentro entre lo fresco y lo no fresco…se juega la potencia simbólica de este libro”
EDMUNDO PAZ SOLDÁN
Invasión anatómica*
Martina Panza
En un lirismo feroz y muy frágil, se destila una prosa que sondea los abismos del alma y juega con las sugerencias de lo gótico y lo macabro, de la ciencia ficción, de la distopía, del realismo más extremo: de la profundidad de un silencio oscuro se levantan los escombros y los esqueletos de las vidas contadas por Giovanna Rivero. (…)
Con una prosa muy elegante encamina este vaivén: los personajes naufragan dentro y fuera de sí mismos y de pronto están más allá, al otro lado, ya muertos a la vida -“¿Cómo vas a poder vivir sin morirte?”- en la dimensión de un presente ahora desgastado, corrompido por una memoria deteriorada o bien sólida y por un futuro inexistente, muy lejano y culpable. Nunca una sola cosa, sino siempre más de una. (…)
El yo está fracturado, pero es extremadamente flexible, dilatado; habitados por sentimientos violentos, los personajes se convierten en la encarnación del oxímoron, se contienen a sí mismos y a su contrario. Para Rivero, la luz y la oscuridad se reducen a ser un mismo pliegue.
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